lunes, 30 de mayo de 2011

Comentario de texto de Ockham

Pero me parece que se ha de afirmar que de la potestad regular y ordinaria concedida y prometida a S. Pedro y a cada uno de sus sucesores por las palabras de Cristo ya citadas [“lo que atareis en la tierra, quedará atado en el cielo”] se han de exceptuar los derechos legítimos de emperadores, reyes y demás fieles e infieles que de ninguna manera se oponen a las buenas costumbres, al honor de Dios y a la observancia de la ley evangélica […] Tales derechos existieron antes de la institución explícita de la ley evangélica y pudieron usarse lícitamente. De forma que el papa no puede en modo alguno alterarlos o disminuirlos de manera regular y ordinaria, sin causa y sin culpa, apoyado en el poder que le fue concedido inmediatamente por Cristo. Y si en la práctica el Papa intenta algo contra ellos [los derechos de los emperadores y reyes], es inmediatamente nulo de derecho. Y si en tal caso dicta sentencia, sería nula por el mismo derecho divino como dada por un juez no propio.
G. DE OCKHAM, Sobre el gobierno tiránico del Papa. Trad. P. Rodríguez. Madrid, Tecnos, 2001, pp. 60-61 [traducción adaptada]


Contexto:
Filósofo inglés del siglo XIV, perteneció a la orden franciscana y fue uno de los críticos más firmes de la escolástica. En contra de las ideas de S.Tomás, defendió la total separación entre razón y fe.

Tema:
Potestad del papa, límite de su poder.

Ideas principales:
-El papa no tiene potestad para interferir en los gobiernos de reyes y emperadores.
-No hay en el evangelio apoyo a esa potestad pretendida

Relación entre ellas:
El texto defiende la limitación del poder del papa, que está al margen del poder civil y además no se opone al poder de Dios, porque antes de Cristo existían emperadores y reyes legítimos lo que deja fuera al papa de los los problemas del poder de emperadores y no puede intervenir en lo que ellos dicten porque se anularía.

Explicación:
Todo gira alrededor de la relación entre el poder civil y el eclesiástico del ámbito cristiano. Según el texto el papa debe estar al margen de lo que haga el poder civil, sin poder intervenir. De lo que Cristo concedió a los papas hay derechos que son de emperadores, exclusivos del poder civil. Esto significa que la iglesia no puede entrometerse en el poder civil, demasiado es que haya conseguido el hecho de crear la institución de la iglesia, demostrándose en ésta y en los evangelios la independencia de ambos poderes. De este modo el papa no puede atacar los derechos del rey y emperadores, como éstos no pueden atacar a los de la iglesia. Hay una gran crítica al poder absoluto del papa por parte de Ockham, intentando además evitar la corrupción de la iglesia.

Vigencia en la actualidad:
Actualmente no se puede defender que el poder civil recaiga en el papado, reclama entonces la total separación de poderes, implicando democracia. Si el estado respeta distintas creencias habrá tolerancia. Pero cuando un poder religioso invade el terreno político ya no tiene como principio el bien común y como metas toma las de esa religión, y las establece universales. De esta forma va desapareciendo el respeto a los que tienen distinta creencia. En la actualidad, el Estado debe respetar las distintas creencias, lo que sería imposible si ese poder recayese en la iglesia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario